El jefe del Departamento de
Justicia, William Barr, junto a fiscales de Florida y Nueva York, presentaron
cargos contra altas figuras de la dictadura chavista, a la que acusan de
asociarse durante décadas con las FARC
“Anunciamos cargos criminales
contra Nicolás Maduro por llevar adelante, junto a sus principales
lugartenientes, una sociedad narcoterroristas con las FARC por los últimos 20
años. El alcance y la magnitud de la droga traficada solo fue posible porque
Maduro y las instituciones corruptas de Venezuela proveyeron protección política
y militar para los crímenes de narcoterrorismo”, sostuvo Geoffrey Berman,
fiscal federal del distrito sur de Nueva York. Además, sostuvo que la cúpula
chavista presionó a otros gobiernos para que permitan el despliegue de la trama
criminal.
“Este es solo el comienzo de
nuestro esfuerzo para sacar de raiz la corrupción en Venezuela”, sostuvo por su
parte Ariana Fajardo, fiscal federal para el sur de Florida. “Tengo un mensaje
para los altos cargos del chavismo: la fiesta se les está acabando”, agregó.
El cuadro mostrado por el
Departamento de Justicia en la conferencia de prensa muestra una recompensa de
USD 15 millones por informaciones que lleven al arresto de Nicolás Maduro.
Entre otros funcionarios
también se implicó a Maikel Moreno, presidente de la Corte Suprema, y Vladimir
Padrino, ministro de Defensa, como principales actores del esquema criminal.
En ese marco, las autoridades
también anunciaron cargos contra el ex negociador de paz de la antigua
guerrilla de las FARC Luciano Marín, alias “Iván Márquez”, y Seuxis Paucias
Hernández, alias “Jesús Santrich”, por colaborar con Maduro para traficar con
cocaína.
El encausamiento de un jefe de
Estado en funciones es sumamente inusual y seguramente agravará las tensiones
entre Estados Unidos y Venezuela. No obstante, Washington no reconoce a Maduro
como mandatario, y sí lo hace con Juan Guaidó como presidente encargado. El
único antecedente ocurrió en 1989, cuando fiscales de Miami acusaron de
narcotráfico al dictador panameño Manuel Antonio Noriega, que fue detenido
durante la invasión estadounidense, enjuiciado y encarcelado en Florida.
El Departamento de Estado ha
manifestado en repetidas oportunidades sus acusaciones contra las presuntas
actividades criminales del chavismo. En los últimos días, el régimen había
reclamado el levantamiento de sanciones que pesan sobre la economía venezolana,
en el marco de la pandemia de coronavirus, pero Estados Unidos no parece dar su
brazo a torcer. “Mientras el pueblo venezolano sufre, esta conspiración se
llena los bolsillos con el dinero de la droga y el producto de su corrupción. Y
esto tiene que llegar a su fin”, sostuvo Barr.
“¿Cómo sigue el régimen (de
Venezuela) recibiendo dinero? Sabemos que este comportamiento es como si se
tratara de un cartel. Es como en el pasado, cuando parece que lidera algo que
se parece más a un cartel de drogas que a un gobierno”, había dicho en enero
Mike Pompeo, jefe de la diplomacia estadounidense. Además, advirtió: “El
régimen de Irán, con su brazo armado Hezbollah, está en Venezuela y eso no es
aceptable”.
En julio pasado, Washington
incluyó al ex vicepresidente chavista Tareck El Aissami en su lista de más
buscados por narcotráfico. El Servicio de Inmigración y Control de Aduana
advirtió que “desempeña un papel significativo en el tráfico internacional de
drogas”. El funcionario de Maduro también es investigado por sus vínculos con
el grupo terrorista Hezbollah.
Por su parte, Elliott Abrams,
enviado especial de la Casa Blanca para Venezuela, ha manifestado su rechazo a
los vínculos de Maduro con la guerrilla colombiana Ejército de Liberación
Nacional (ELN) y con las disidencias de las FARC. “La comunidad internacional
debería estar muy preocupada por este peligroso apoyo (de Maduro) a los
narcoterroristas”, alertó.